Resultante de un trabajo procesual, el proyecto curatorial desarollado por Francesca Agnesod, Nadia Barrientos, Guillaume Hervier y Andrea Rodriguez Novoa se despliega via tres espacios indisociables y originales : el espacio virtual, zonedobsolescenceconcertee.org donde progresan la carta de intención curatorial así como los intercambios que se llevan a cabo con los artistas; el espacio de transición via el cual se les envia a estos cajas de archivos, como si de vehículos de memorias fragmentadas se tratasen; por último, el espacio de exposición que se convierte en el testigo del instante prolongado de la presentación de lo que a propósito, hemos llamado archivos anticipados.
Intitulado Principe d'incertitude, el proyecto se refiere al principio enunciado en 1927 por Werner Karl Heisenberg y según el cual resulta imposible discernir con exactitud y a la vez, la velocidad y la posición de una partícula a escala microscópica : las propiedades de la materia en un momento dado, escapan de este modo a cualquier apreciación exhaustiva. Se conoce a este principio, uno de los pilares de la mecánica cuántica, bajo dos acepciones distintas: principio de incertidumbre y principio de indeterminación. En su primer trabajo, Heisenberg emplea el término incertidumbre que resulta ser el más usado aunque quede impreciso : preferido por parte de los físicos, se eligió al término indeterminación en un segundo tiempo. La indecisión léxica que padece el principio revela, por extensión, la dificultad encontrada a la hora de circunscribir este tipo de fenómenos.
Nos hemos propuesto de ubicarnos en el intermedio de esta incertidumbre repetida y de cuestionar de este modo, la coincidencia en el momento presente de la obra que solo se puede percibir de forma parcial. Las reflexiones emprendidas en nuestra página web acerca de problemáticas vinculadas con la dificultad de apreciación del tiempo, nos han llevado a cuestionar las modalidades de obsolescencia potencial que los artistas se ven, tarde o temprano, sujetos a considerar siguiendo la perspectiva que abre el desarollo de su práctica.
Asimismo, en vez de observar las diversas deflagraciones de la visibilidad de la obra que, desde su concepción hasta su exposición y pasando por los medios de su circulación (documentación, mediación...) que destacan punctualmente su existencia en el tiempo, hemos tomado la iniciativa de invertir tal expectativa. Hemos propuesto a Armand Behar, Santiago Cirugeda, Edith Dekyndt, Dora García et l'I.I.I.I. [ Louise Hervé & Chloé Maillet ] de reunir archivos por anticipación de una obra que a propósito no se llevara a realización.
En su sentido estricto, el archivo califica la conservación de un documento consideradado como esencial al interés de las futuras generaciones ; de hecho, anticipa una herencia cuya posteridad premedita a la vez que legitima. El archivo anticipado se compone antes de la realización de una obra que no lleva como consigna de verse producida y esto, reuniendo fragmentos, huellas y toda clase de materiales perifericos que informan de manera parcial acerca de su existencia. De este modo, no tanto somos los simples espectadores de una obra, cuya terminación interrompe el transcurso en un momento dado sino que nos descubrimos ser los testigos de la multiplicidad de narativas que su proyección induce.
La presentación pública de los archivos anticipados tiene lugar del 31 de mayo hasta el 4 de septiembre en el MAGASIN-Centro Nacional de Arte Contemporáneo. Una serie de eventos concebida en colaboración con los artistas invitados sera la ocasión de activar el contenido de las cajas el día de la apertura, el 29 de mayo.
¿Y si la historia se escribiese al revés? Si profundizamos en la práctica de Armand Behar, el vestigio anticipa la supuesta historia así como el objeto realizado y tangible. Histoire d'une représentation, la obra en la cual el artista trabaja desde hace unos diez años se asemeja a la aventura épica. En este prólogo sin fin y donde las direcciones se invierten, en donde la historia sucede a su arqueología y el presente se escribe anticipando nuestros descubrimientos, el documento adelanta la existencia del objeto y se revela ser un crisol de posibles narrativas.
Para Principe d'incertitude, Armand Behar emprende un trabajo de escritura con una de las comisarias que esta proseguirá a lo largo de la exposición; esta correspondencia a cuatro manos titulada La Déconvolution d'Euler entreabre la primera parte de una narración potencialmente infinita, destinada a seguir los avatares de su obra y cuya declinación Behar será llevado a conjugar en el futuro con distintos colaboradores. El día de la apertura, esta correspondencia cuyo transito propició una caja de archivos, se vera exhumada a la luz de una lectura pública y única. Los fragmentos textuales que el escrutinio sucesivo de los sobres habrá sacado a la luz serán desplegados y colocados sobre una mesa uno tras otro. El conjunto de esta narración fragmentada se constituye en archivo potencial de una civilización que habría, en un futuro imaginario, perdido la memoria: algunos objetos conservados por una anciana lunática atizan la curiosidad de un arqueólogo que entra en contacto con ella de forma extraña. Se revela a través de este diálogo anacrónico la precariedad de toda transmisión que opera con el factor tiempo. ¿Que nos queda de las civilizaciones difuntas si no es solo una ínfima parte, apenas la punta del iceberg partiendo de la cual la arqueología intenta reconstituir una unidad? ¿No es cada exhumación, cada salida a la luz, cada exposición de cierto modo, una fabricación? ¿Que llega hasta nosotros de las sociedades anteriores si no son los vestigios de aquellos que detienen el poder supremo: el de escribir la historia?
A Santiago Cirugeda se le ha calificado de arquitecto social, es decir, un arquitecto que se sirve de las brechas del sistema jurídico para revertirlas en favor de la comunidad. Usa de la arquitectura como un lenguaje que tiende a despertar la consciencia de pertenencia al colectivo y a suscitar la reapropriación de los espacios públicos cuyo uso tenemos el deber de ejercer y reivindicar ya que son nuestros gestos quiénes lo originan.
La proposición que lleva a cabo con Recetas Urbanas para Principe d'incertitude parte de una investigación mantenida en colaboración con los comisarios de la exposición. Aprovechando la demolición parcial e inminente de la parte sur del edificio que acoge al Magasin, Santiago Cirugeda concibe una extensión arquitectónica que se reapropria los materiales así generados. Siguiendo las instrucciones del arquitecto, una de las comisarias inicia dos trámites en paralelo: el primero tiene que ver con varios casos de solicitud de permisos de construcción permanente, el otro con instalaciones temporales en el marco de eventos socioculturales. Cada uno de estos trámites se lleva a cabo bajo el nombre de entidades jurídicas distintas: un individuo X, una asociación de barrio y una institución cultural. El conjunto de los documentos necesarios al comienzo de estos trámites compone el archivo que es mostrado al público durante la exposición. Estos proyectos distintos, desarrollados hasta el punto de su realización (pero que no serán realizados) sacan a la luz problemáticas relacionadas con los derechos de diferentes usuarios y revelan en filigrana las posibilidades de mejora del espacio de vida.
"Los artistas deberían participar en las expediciones espaciales tal y como científicos y multimillonarios lo pueden hacer."
Con el proyecto Zero Gravity Days, Édith Dekyndt reivindica su derecho a la colonización artística del espacio; aspira desde el 2001 a participar en un proyecto de expedición espacial: tomando varias identidades ficticias para aumentar sus posibilidades de ser seleccionada, postula en un programa de tele-realidad que promete al ganador una estancia en la estación en órbita de la tierra. Pero su propósito se declarará vano ya que el juego nunca llegará a tener lugar y sus peticiones dirigidas a las agencias espaciales restarán sin respuesta. Varios documentos son reunidos a fin de compilar el archivo de este proyecto que no pudo llegar a tener lugar. Un retrato de la artista la representa esbozando un salto, plasmada en un instante indeterminado entre el movimiento de elevación y la caída al suelo: una imagen emblemática de su deseo de extraerse de la ley de la gravedad. Producidas inicialmente para la exposición Any Resemblance to Persons, Living or Dead, Is Purely Coincidental au B.P.S.22 de Charleroi(Bélgica) en el 2004, una impresión en pancarta y una serie de postales dirigidas a las agencias espaciales dan fe no obstante de su valor de vestigios anticipados de una obra hipotética. En suspensión entre el pasado de su materialización y el futuro improbable de la concreción del proyecto, estos objetos conmemoran así el viaje no realizado de la artista al espacio.
Para Principe d'incertitude, la imagen representativa del proyecto se ve físicamente colgada entre dos estados - la concreción llevada a cabo y la prospección ficticia. Los archivos son desplegados en el espacio de exposición con el fin de ser reactivados por el público, a quién se invita a llevarse las postales así como a reactualizar el propósito de la artista, dejandole potencialmente a cargo de su perpetuación y de su transmisión. Diez años después de las premisas de esta colonización efímera de una realidad sin gravedad, han sido recuperados y reunidos en un archivador los intercambios por mail. Asimismo, un video genérico que presenta un texto procedente de la nueva lectura que la artista hizo de su propio archivo, ha sido producido para la ocasión.
En vez de producir objetos, Dora García dirige y propicia situaciones. Trabaja con materias estrictamente humanas como son el lenguaje y las relaciones sociales. Si el visitante esta a la expectativa de un encuentro inmediato con una forma material y tangible, rápidamente le acecha la decepción: el interés se traslada a otra parte, vía la irrupción de circunstancias discretas que el día a día desgrana o en la red de relaciones sociales más complejas que el trabajo y las responsabilidades inducen. Intercalar instrucciones simples entre su obra y el espectador le permite criticar a la institución artística - que delimita una escena y su púbico como si de un teatro se tratase - y esto, a modo de denuncia de la univocidad de la contemplación de la obra que condena muy a menudo al que traspasa su umbral y se contenta de ser un simple espectador. Resulta entonces inútil buscar en la exposiciín la presentaciín tangible de una de sus obras. Porque a la presencia incontestable de un objeto en el espacio la artista prefiere la simple menciín de su ausencia, ha desviado ingeniosamente el prisma bajo el cual le habíamos invitado a mirar; en vez de producir el archivo material de una obra cuya existencia debería en un primer momento pretextarse, Dora García ha orientado su incidencia de forma puntual: en el marco de un evento que tendrá lugar exclusivamente el día de la apertura de la exposición. El protocolo que rige esta proposición define una lista de preguntas cuyo contenido se produce en estrecho diálogo con los comisarios. Cada día y durante los veinte días que preceden a la exposición le fue enviada una pregunta por sms a la que esta debía contestar con otra pregunta. Fueron estas preguntas de distinta índole dejadas a la interpretación oral y de manera libre y aleatoria a veinte personas el día de la apertura, introduciendo de esta manera, a través este rebote coral imprevisible, una brecha en lo que complace habitualmente el transcurso de las cosas. Instigadora de situaciones inéditas en el centro de las cuales la artista paradójicamente mas tarde se esquiva, García encarga el espectador de tomar el relevo de su presencia, de modo que este ultimo participe activamente en la elaboración del sentido de la obra. A lo largo de esta jornada, Principe d'incertitude se hará el instrumento de esta partitura precaria entre las lineás de la cual preguntas parecen contestarse, de forma extra&ntidle;a, las unas a las otras.
Vestigio de una experiencia para-científica originada por las artistas Louise Hervé y Chloé Maillet, la caja de archivo descubierta en la marisma de la Sagne des pins da fe de las diferentes modalidades de conservación de los "tejidos blandos" dentro de un ecosistema ácido.
Estos tejidos orgánicos, estos cuerpos humanos conservados en el seno de marismas y procedentes a veces de la Edad de Hierro se convirtieron en objetos de investigación de numerosos arqueólogos a finales del siglo XIX. Habían sido encontrados dentro de las marismas como fosilizados, su esqueleto habiendo sido disuelto debido a la acidez del ambiente turbio, mientras que sus carnes se habían milagrosamente conservado sin sufrir ninguna degradación. A través de esta experiencia cuyo resultado las artistas presentan el día de la apertura, Louise Hervé y Chloé Maillet desean exponer los fragmentos y tejer de este modo la narración de esta reflexión acerca de las ideas fantaseadas sobre la conservación del cuerpo humano e introduciendo sus asiduas lecturas de novelas de ciencia-ficción, de anticipación política y de descubrimientos científicos; novelas que relatan la historia contigua de la liofilización, la crionización y la catalepsia. La puesta a distancia de nuestra propia finitud mediante esta caja de archivo, da cuenta tanto de la dimensión a veces compleja que mantenemos con nuestra historia como de las especulaciones sobre la conservación de nuestra memoria.
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