Santiago Cirugeda, arquitecto español nacido en Sevilla en 1971, se licencia en la ESARQ (Universitat Internacional de Catalunya) de Barcelona. Tras siete años de trabajo en solitario, monta el estudio Recetas Urbanas en 1996 que hoy participa activamente en la construcción de la red de trabajo con otros colectivos de la península, Arquitecturas Colectivas. Sus proyectos gravitan entorno a las problemáticas propias al urbanismo tales como la arquitectura efímera, el reciclaje, las estrategias de intervención en el medio urbano, las prótesis en edificios y los proyectos subversivos de participación pública en las decisiones urbanísticas. Realiza proyectos de arquitectura, y participa en diferentes programas de docencia sobre cuestiones en relación con las fallas del sistema jurídico en miras a la globalización. Ha publicado los libros "Situaciones urbanas" y "Arquitecturas colectivas", y los documentales "Spanish Dr€am" y "En la RED". Su práctica se inscribe en el campo del arte público, y desarrolla una fuerte crítica sobre las problemáticas sociales tales como el acceso a la vivienda, los espacios urbanos desocupados y la legalidad.
Recetas Urbanas es un estudio de arquitectura que desarrolla una reflexión entorno a las problemáticas urbanas, tales como las estrategias de intervención en el medio urbano, las protesis de edificios o proyectos subversivos de participación pública en las decisiones urbanísticas.
Entre julio y septiembre de 2012, instalaron su PROTESIS INSTITUCIONAL 3, un proyecto firmado por Santiago Cirugeda parejo que cuestiona, como hacen sus otras prótesis sobre edificios culturales, el poder de decisión de la institución sobre cuestiones urbanísticas frente al poder ciudadano. Esta prótesis se instaló en el MUSAC de León (España), durante la Bienal de Arquitectura. Hace tres semanas,e l 7 de diciembre, Emilio Tuñón y Luis Mansilla, arquitectos del MUSAC, han anunciado que pensaban denunciar este hecho por degradación, considerando que la prótesis daña la estética del edificio.
Aquí se presenta un resumen de la conversación sostenida entre Emilio Tuñón y el abogado de Recetas Urbanas, experto en urbanismo y legislación artística, propuesta por el primero a fin de clarificar el asunto antes de iniciar el procedimiento.
- El abogado de Santiago Cirugeda comienza la conversación argumentando lo siguiente: si ellos no tienen un contrato con el Museo que ponga límites a las intervenciones sobre el edificio, la denuncia no será tenida en cuenta. Además, dice, un proyecto de arquitectura tiene que ser adaptado funcionalmente, algo que va a modificar forzosamente su estética.
- Emilio Tuñón defiemde su punto de vista basándose en la propiedad intelectual y su inalienabilidad; según esto, una intervención como esta que no se limita a las necesidades logísticas, sino que altera la estética exteriro del edificio, ha de ser acordada entre los arquitectos.
- Al abogado parece molestarle la actitud de los arquitectos que, según el, ?no saben nada de leyes?; Emilio Tuñón lo intenta antes de denunciar...Tiene dos preocupaciones: por un lado, la modificación del proyecto inicial, y por otro lado, entender el objetivo de la intervención.
Desde su punto de vista el segundo punto está lejos de la reflexión arquitectónica, como en el caso de otros proyectos de Recetas Urbanas en el dominio de la vivienda por ejemplo. Se pregunta porque la prótesis solo parasita al edificio exteriormente y desde el punto de vista logístico, y no desde un puto de vista funcional. El arquitecto no entiende la razón por la que instalar esa prótesis, ni la pasividad de la institución parasitada.
- El abogado le explica las intenciones de su cliente, que son: evaluar al público del MUSAC y a los arquitectos del edificio. En su opinión, los segundos han reaccionado por culpa de su ego; explica que antes que la autoría debe existir el sentido común, y para apoyar su afirmación, le da el ejemplo de como otros colegas arquitectos, algunos de mayor notoriedad que ellos mismos, se han visto obligados a abandonar ese tipo de cuestiones entorno a sus proyectos con el fin de dar prioridad al interés general de la ciudad, como es el caso de Calatrava en Bilbao.
En lo que concierne a la funcionalidad de la prótesis, explica que el objetivo de Santiago Cirugeda es dotar a la ciudad de espacios que son necesarios, y que la institución le da voluntariamente las herramientas y el derecho de hacerlo pero también la responsabilidad.
Distingue al público de la prótesis del de la institución y afirma que la presente situación tiene lugar a causa de su incomprensión de esta manera de actuar de parte de los arquitectos: la lógica de los ciudadanos no es la de la institución: ?...Santiago no está interesado en hacer pequeños proyectitos por todas partes, sino en proponer soluciones y tener un seguimiento de proyecto a largo plazo...? esa es la razón por la cual, en su opinión, ellos no comprenden su manera de ?parasitar a la institución?.
- Emilio Tuñón intenta terminar la conversación viendo que ?esta conversación no nos lleva a ninguna parte porque Santiago Cirugeda no está abierto al diálogo?.
- El abogado no entiende ni siquiera porque debería hablar con ellos. No tiene la obligación legal ni moral de explicarles nada de nada. Continua argumentando sobre el hecho de que si alguien hace una petición de orden privado, como es el caso cuando se trata de un edificio, se tiene el derecho de utilizarlo como se quiera son necesidad de pedir permiso cada vez al arquitecto : ?...el arquitecto debería dejar de pensar que el es el protagonista?.
- El arquitecto tiene otra concepción de lo que es un proyectos de arquitectura: incluso si se trata de una construcción privada, tiene una incidencia sobre el espacio público y por consiguiente, debemos afirmar que se trata de un ?asunto público?.
- Sobre esto el portavoz de recetas Urbanas responde que la opinión de su cliente es que la ciudad es algo rico y abierto y que la administración pública y el equipo pagado con dinero público debería tener también un cierto poder de decisión: ?...cuando la fachada del MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) fue intervenida, nadie se ofendió, y Ávalo y Herreros pusieron flores por todas partes...a mi no me gustaba tampoco, era horrible, pero bueno yo no entiendo de eso, lo mío son la leyes...?.
- Emilio Tuñón termina por decir que vana reflexionar sobre todo eso, bromea diciendo que quizás ellos tienen que cambiar también su edificio...
- Al abogado le gusta la idea porque le recuerda un proyecto de su cliente donde la gente había ocupado un edificio que a su vez había sido ocupado antes. Dice: ?...es una buena manera de estar alerta, de no dejar las cosas estancarse...?. Continua su reflexión explicando que un musulmán no puede denunciar a la iglesia católica hoy en día porque se le ha puesto una corona renacentista al minarete e Sevilla, la Giralda, o porque la mezquita de Córdoba se ha convertido en un catedral barroca.
Termina diciendo: ?...bueno si quereis podeis hacer un paquete de denuncias...como no debéis tener mucho trabajo lo podéis hacer, yo os las reviso gratis...?.
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